El Ejército de Pancho Villa

Sebastián Paredes es de ese tipo de personas que se cruzan en tu vida muy pocas veces. De aquellas personas que cuando tengamos ochenta años y hagamos balance, ya retirados en algún rincón del mundo, recordaremos. De aquellas personas que conoces en el lugar y momento oportunos y te cambian para siempre. De aquellas personas que siembran sabiduría. Que sientan cátedra. Que con la humildad como bandera de vez en cuando sentencian con frases que te desmontan todos los esquemas mentales. No podemos hacer menos pues, que dedicarle unas líneas de vez en cuando.

Este artículo no es para hablar de él, pero sí empieza con él. Y comienza en el primer Campeonato de Cataluña de Halterofilia que disputamos como Club Halterofilia Blanes. Con nuestra gran modestia, propia de la inexperiencia, llegábamos como los outsiders, como los crossfitters que empiezan a hacer haltero delante de gente que lleva desde los 6 años moviendo barras. Y con la sensación de que si no fuera por Paredes que nos apadrinaba y nos llevaba de la mano no hubiéramos tenido el recibimiento cálido y amable que los halteras nos regalaron. Aun así, no podíamos evitar sentirnos los raritos de la velada y es que era inevitable tener una especie de sentimiento de inferioridad. Complejo seguramente. Ver toda aquella gente calentando como calentaba. Tan seguros de lo que hacían. Con aquellas hostias en el suelo. ¡Como picaban en el suelo! Niños de 12 años con Campeonatos de España a sus espaldas. ¿Y los maillots? Qué maillots. Todos con los colores de su club, representando con orgullo el estamento que los ha visto crecer. Y en este contexto nos plantamos nosotros con una camiseta del Feet y mallas de hacer spinning y no pudimos evitar preguntarle a Sebastián:

• ¿Paredes, podemos competir sin maillot?
• ¡Claro! ¡Esto lo llamábamos “el ejército de Pancho Villa” antes! – contestó todo satisfecho.

El ejército de Pancho Villa. Nos encantó. Nunca tan pocas palabras habían sintetizado en tan poco lo que pensábamos. Significaba la supremacía del talento ante el poder. Del trabajo ante el dinero. Del hierro y el magnesio ante los followers y los selfies. Del sudor ante la ropa de marca.

 

La supremacía del talento ante el poder, del trabajo ante el dinero.

Desde 77 Feet Apparel hemos intentado siempre abanderar este espíritu al que Paredes puso nombre. Y cuanto más se extiende y se populariza el Crossfit con más orgullo lo representamos. Nunca hemos hecho apología de ningún calzado ni se ha sugerido a nadie comprar unas zapatillas para poder practicar este deporte que tanto amamos. Nunca se ha obligado a vestir una determinada marca de pantalones o tops. Porque al final, para hacer preses, pesos muertos, saltar, correr o hacer dominadas, no hacen falta tantas cosas. Sólo es cuestión de decidir bien qué: esfuerzo, sacrificio, ganas de estar más en forma, ilusión, pasión. Las marcas y las grandes compañías han entrado más tarde para llevarse un trozo del pastel y es nuestra responsabilidad decidir el valor que este pastel se merece. Y recuerda, no necesitas esta camiseta para entrenar.

El ejército de Pancho Villa dice Paredes… ¡Maldita sea! ¡Lo había vuelto a hacer!